viernes, febrero 25, 2005

Genesis

Era el verano del año 1981. Un día cualquiera del caluroso mes de agosto. Llegamos pronto a Navalperal del Tormes en la sierra de Gredos. Tenemos previsto subir el valle. La noche todavía domina el ambiente. El Sol piensa sacar la nariz rápidamente. Al oeste una escuálida, mejor dicho diminuta niebla imperceptible tapa un par de estrellas. Cuando sale definitivamente el Sol la niebla desaparece totalmente sin dejar ni rastro. La luz matinal no es lo brillante que debería ser.
El día es casi espléndido. No tenemos ninguna queja. Hace tanto calor, que incluso nos bañamos en las lagunas. Pero mientras subíamos, había pronunciado una frase rotunda ... "veo a las vacas que suben y a los sarrios que bajan; entonces ... a las cuatro va a llover". Nadie, en ese momento, se lo creyó y eso que durante toda la subida las moscas estuvieron muy pesadas. Es más, esto reafirmó que iban con un personaje algo excéntrico.
Pasamos por unos prados en los que había un pastor con sus ovejas. Mis compañeros le preguntaron si iba a llover y el pastor con una mirada al cielo les afirma rotundamente que no. Yo también le hago unas preguntas al pastor.
- "¡Hola buen hombre! ¡Hace hoy mucho calor! ¿Cree que hoy va a llover?"
- "No", me contesta con rotundidad al igual que a mis compañeros.
- "¡Ya! pero ¿ayer qué hizo?", continué yo.
- "¡Huy! ayer a eso de las cuatro cayó una tormenta impresionante", me contesta con ganas de entablar conversación.
- "Veo que tiene muchas vacas, ¿es de por aquí?".
- "¡No! Yo soy de Murcia y me han encargado que haga de pastor este verano los propietarios del rebaño".
- "Es un trabajo muy tranquilo. Bueno, me voy. Ya nos veremos. Hasta luego".
Ya tengo todos los datos completos.
Son las dos de la tarde. Tengo una discusión con el que hace de guía de la excursión. Absolutamente todos se ríen de mí. Bajo solo al coche. El resto de mis compañeros se quedan "disfrutando" del día y del agua refrescante de las lagunas. Total. A las cuatro de la tarde yo estaba en el interior del coche, a cubierto y seco. La gran y espectacular tormenta se formó en cuestión de minutos. Aparecieron las nubes por arte de magia. Mis amigos se mojaron hasta los huesos bajo la "imprevista" tormenta de verano. Hoy pueden contar que estan vivos gracias a que los rayos les permitieron bajar con vida.
¿Dónde estaban las nubes? ¿Cómo supe con anterioridad y precisión el tiempo que iba a hacer? ¿Es realmente posible sin magia? Y lo que les tuvo intrigados durante meses, ¿cómo se puede saber más que un pastor?
En realidad era una situación de libro. Todos absolutamente todos los signos que nos había indicado la Naturaleza pronosticaban que habría tormenta. Pero, ¿y el pastor? Muy sencillo. No le preguntaron lo importante y yo sí. ¿De dónde era? De Murcia ...

Texto extraido (y modificado) de la web de Miguel J. PAVÓN BESALÚ

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Una nueva era comienza.

1:49 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

A que hora, che?

3:40 p. m.  
Blogger Unknown said...

;-)

8:33 p. m.  

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